La ética de Cosmoetica
Desvelamos la comunicación de las personas con la inspiración y la curación de las plantas
Ética
Nuestros productos son parte de nuestro compromiso con los seres humanos y la naturaleza, en relación sana, lo mejor de una evolución.
Nuestro compromiso se refiere más que a lo visible. Desvelamos la comunicación de las personas con la inspiración y la curación de las plantas.
En todo lo que sabemos también reconocemos el misterio a la espera de ser descubierto, a la espera de ser bendecido por la vista humana. La vista humana y el conocimiento son una fuente de riqueza que afecta al mundo de las plantas y a la naturaleza, de la misma manera que el esfuerzo y la belleza de un rosal creando rosas influye en el mundo humano.
El Cosmos empieza en tu piel
A flor de piel el cosmos inabarcable se invierte y encuentra su límite. A flor de piel el hombre se libera y expresa sus sensaciones.
El cosmos natural y el cosmos individual de cada persona se encuentran en la piel.
El buen cuidado, la ética y la armonía de los mensajes que la piel recibe dejan su impronta en esta importante frontera terapeutica que es además el órgano más grande del cuerpo humano.
Cosmoética ayuda a la piel a que refleje toda la belleza interior del ser y su armonía con el cosmos, lo cual produce un sentimiento de bienestar y plenitud. Esta buena relación se manifiesta de forma Bella, Vital y Poderosa.
Cosmoética destaca aquello del cosmos que sirve a la persona para vivir mejor. Seleccionamos y preparamos lo que es bueno, lo virtuoso, en definitiva lo que es ético.
Eterizados
En el mundo visible de la materia reconocemos cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
Las plantas eterizan la materia, haciéndola viva.
En el organismo humano no encontramos los elementos como los encontramos en la naturaleza, sino los éteres. El éter de calor, el éter de luz, el éter del sonido o químico y el éter de vida forman el organismo humano.
La naturaleza evoluciona hacia el ser humano al que admira y del cual aprende. El ser humano tiene como misión ser individuo, indiviso y único, eligiendo a qué presta su atención, con qué se alimenta, qué utiliza o consume y a qué dedica su tiempo. Elegir es la tarea que distingue al hombre y la que crea su destino.
Es la tarea que le sitúa en afinidad con otros hombres y con el cosmos.
Lo natural es que el hombre transforme la naturaleza y la humanice.
En el hombre el elemento tierra no existe, se transforma en éter de vida.
La tierra anhela que el hombre transforme a la tierra poniendo alma y vida al servicio de la mejor y más bella evolución para todos.